martes, 28 de agosto de 2012
jueves, 23 de agosto de 2012
la lengüeta
El siguiente paso es el atado de la caña, para el que se emplean hilo de nailon especial para dicho cometido, tudeles, tubitos pequeños de metal rodeados de corcho por uno de los dos extremos, en donde se atará la caña, y un «tudelero», mango de madera con un palo metálico donde se inserta el tudel, que sirve de sujeción durante el raspado. Una vez atada la caña al tudel, y apoyándola en un taco de madera, se partirá en dos con una navaja para dar lugar a dos lengüetas, o bien se usará una guillotina de precisión milimétrica para tal efecto. Por último, se procederá al pulido o «raspado», proceso altamente delicado que requiere una gran experiencia y habilidad. Para ello se emplea una navaja muy afilada para ir rebajando cada pala y dándole la forma, y una espátula(pieza pequeña de metal o madera), que se insertará entre ambas palas. La forma general se consigue comenzando con raspados cercanos a la punta y alargándolos uno por uno para ir buscando la forma de «U». El raspado tendrá una longitud de 11 mm y el rebajamiento se desarrollará de forma regular. Se podrá añadir hilo de alambre enrollado en la parte inferior de la lengüeta a unos 3 mm del final del tudel. Éste tiene la función de mantener la abertura constante en la lengüeta. El atado y raspado suele realizarlo el propio oboísta dado que la lengüeta va estrechamente ligada a la producción de un sonido de uno u otro tipo, característica muy personal del intérprete. En cualquier caso, algunas empresas venden cañas atadas y pre-raspadas que requieren sólo unos retoques para funcionar
El oboe es ante todo un instrumento melódico; tiene un carácter agreste, lleno de ternura, yo incluso diría de timidez. Los sonidos del oboe son adecuados para expresar el candor, la ingenua gracia, el dulce gozo, o el dolor de una alma en pena. Los transmite de manera admirable en los pasajes cantabile.Grand Traité d’Instrumentation et d’Orchestration Modernes, Héctor Berlioz
Para hacer sonar el oboe, primero debe humedecerse la caña, bien sea en la boca o en un pequeño bote de agua que se suele colocar en el atril. Luego se empuja ésta a través del hueco del cuerpo superior todo lo que se pueda, teniendo cuidado de que el instrumento no se quede alto de tono. Todo el peso del oboe recae sobre el pulgar derecho, que se sitúa en el apoyadero del cuerpo medio. La parte raspada de la lengüeta se sitúa en el
miércoles, 22 de agosto de 2012
miércoles, 15 de agosto de 2012
HISTORIA DEL OBOE
El origen del instrumento conocido en la actualidad por el nombre de oboe se remonta a 3000 a. C. Su nacimiento tuvo lugar posiblemente en las civilizaciones de Mesopotamia, Babilonia e Isin: sumerios,babilonios y asirios. En esta zona geográfica apareció gran diversidad de oboes conocidos con el nombre genérico de abud.
El hallazgo de embocaduras de lengüeta doble, y las representaciones pictóricas, nos demuestran que unos instrumentos de la familia del oboe eran conocidos en Egipto hacia el año 2000 a. C. Los instrumentos de doble lengüeta, denominados majt, alcanzaron un gran protagonismo, relegando a un segundo plano a otros instrumentos. La lengüeta, elaborada en bambú, obtuvo una verdadera importancia. Las dos láminas que la forman eran tratadas cuidadosamente incluso durante el crecimiento de la planta.
El aulos, también con un carácter genérico, se difundió por toda Grecia, llegando posteriormente a Roma con el nombre de tibia. Aristóteles, en su Arte poética, hace alusión a este instrumento, diferenciándolo del sirinx, instrumento antecesor de la flauta de Pan. También encontramos en un texto de Midas de Agrigento una distinción similar. El timbre del aulos era agudo y algo estridente. Su ejecución presentaba gran dificultad y, de hecho, Aristóteles aconsejó que el aulos fuese tocado por músicos experimentados. Aun así fue el instrumento aerófono más importante de toda Grecia, pese a que Platón lo prohibiera en La República, por ser de dudosa afinación y sonido poco agradecido. En Grecia la música adquirió un importante papel en la educación de los griegos; hasta los treinta años de edad era ordenado por las leyes el estudio musical, y en Atenas, Esparta y Tebas todo ciudadano aprendía a tocar el oboe. En Roma, bajo el nombre de tibia, fue usado ampliamente, especialmente en funerales. En las excavaciones de las ruinas de Pompeya se ha descubierto un juego perfectamente conservado de tibia que puede verse en el Museo Arqueológico Nacional de Náp
Suscribirse a:
Entradas (Atom)